2. Las ondas sonoras


El sonido puede representarse por medio de gráficos que describen esquemáticamente la vibración que los genera. Gráficos como el del dibujo de arriba.

Las ondas sonoras tienen diferentes características en función de la altura, la intensidad, la duración y el timbre de cada sonido (ver Cualidades del sonido).

1. Altura

Así, un cuerpo que emite un sonido agudo vibra más rápido que uno que emite un sonido grave. La frecuencia de vibración de dicho movimiento se mide en herzios (Hz).

Sonido grave: menos vibraciones por segundo.
Sonido agudo: más vibraciones por segundo.



2. Intensidad

Las vibraciones de los sonidos fuertes están formadas por ondas más amplias que las de los sonidos débiles. La amplitud de onda se mide en decibelios (dB).

Sonido fuerte: mayor amplitud de onda.
Sonido débil: menor amplitud de onda.



3. La duración

La duración es la permanencia en el tiempo de las ondas sonoras y se mide en segundos.

Sonido largo: ondas de mayor duración.
Sonido corto: ondas de menor duración.


Bibliografía:

Música. Introducción a la música. Serie Escucha, Santillana, 2015.

Música Clave A, McGraw Hill, 2015.

1. Cómo se produce el sonido

La música es esencialmente sonido. El sonido es la materia prima de la música. El sonido se produce cuando un cuerpo u objeto vibra

Esta vibración se transmite a través de las ondas sonoras. Cuando un cuerpo vibra (por ejemplo, al golpearlo o agitarlo), emite unas ondas que se transmiten por el aire u otro medio hasta llegar a través del oído a nuestro cerebro, que es donde realmente percibimos el sonido. Aunque nuestros ojos no capten sus vibraciones, el sonido es un fenómeno físico, que se puede medir y analizar con aparatos especiales.

En el vacío no se propaga el sonido.

Podemos definir el sonido como  la sensación que experimentamos cuando llegan a nuestro oído las ondas producidas por la vibración de un cuerpo sonoro.

¿Has probado alguna vez a hablar debajo del agua? ¿No te sorprende la diferencia que hay respecto a cuando lo haces en la superficie? Esto se debe a que las ondas sonoras se transmiten por el aire a una velocidad de 340 metros por segundo, mientras que en el agua lo hacen mucho más rápido: ¡a casi 1.500 metros por segundo! Esto, por ejemplo, permite a las ballenas y a los delfines comunicarse entre sí a distancias de hasta 30 kilómetros. 

Los medios líquidos y los sólidos transmiten mejor el sonido que los gaseosos.




+ info: El diapasón

Bibliografía:

Música. Introducción a la música. Serie Escucha, Santillana, 2015.

Música Clave A ESO, McGrawHill, 2015.




0. Inicio. ¿Qué aprendemos en la clase de Música?

Presentación de María Jesús Camino Rentería:
http://mariajesusmusica.com

1. Canto gregoriano


3. Test de audición


3. El oído

Percepción del sonido por medio del oído. Oír y escuchar.






El oído es el órgano responsable no sólo de la audición sino también del equilibrio. 
Se divide en tres zonas: externa, media e interna.

          El oído externo es la parte del aparato auditivo que se encuentra en posición lateral al tímpano o membrana timpánica. Comprende la oreja o pabellón auricular o auditivo  y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros de longitud.

        El oído medio se encuentra situado en la cavidad timpánica llamada caja del tímpano, cuya cara externa está formada por la membrana timpánica, o tímpano, que lo separa del oído externo. Incluye el mecanismo responsable de la conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno. Es un conducto estrecho, o fisura, que se extiende unos 15 milímetros en un recorrido vertical y otros 15 en recorrido horizontal. El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior. Hay una cadena formada por tres huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos tres huesos reciben los nombres de martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, que contiene un líquido.

      El oído interno se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados (1) por los filamentos del nervio auditivo. Está separado del oído medio por la fenestra ovalis, o ventana oval. El oído interno consiste en una serie de canales membranosos alojados en una parte densa del hueso temporal, y está dividido en: cóclea (en griego, ’caracol óseo’), vestíbulo y tres canales semicirculares. Estos tres canales se comunican entre sí y contienen un fluido gelatinoso denominado endolinfa.

(1)Inervación: Acción del sistema nervioso en las funciones de los demás órganos. 
Distribución de los  nervios en una parte, órgano o región.

     Las ondas sonoras, en realidad cambios en la presión del aire, son transmitidas a través del canal auditivo externo hacia el tímpano, en el cual se produce una vibración. Estas vibraciones se comunican al oído medio mediante la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) y, a través de la ventana oval, hasta el líquido del oído interno. El movimiento de la endolinfa que se produce al vibrar la cóclea, estimula el movimiento de un grupo de proyecciones finas, similares a cabellos, denominadas células pilosas. El conjunto de células pilosas constituye el órgano de Corti. Las células pilosas transmiten señales directamente al nervio auditivo, el cual lleva la información al cerebro. El patrón de respuesta de las células pilosas a las vibraciones de la cóclea codifica la información sobre el sonido para que pueda ser interpretada por los centros auditivos del cerebro.

          El rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a otras. El rango máximo de audición en el ser humano incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo o hercios (Hz).  Un hercio es la frecuencia de un suceso o fenómeno repetido una vez por segundo. La frecuencia se mide en herzios. 

          El menor cambio de tono que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. Los oídos humanos más sensibles son capaces de detectar cambios en la frecuencia de vibración (tono) que correspondan al 0,03% de la frecuencia original, en el rango comprendido entre 500 y 8.000 vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los cambios de frecuencia si se trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas.