3. Clasificación de las voces
No todos podemos cantar lo mismo: unos tenemos la voz más aguda y otros más grave, y en función de ello somos capaces de interpretar unas melodías y no otras. A medida que vamos creciendo y nuestro cuerpo va cambiando, la voz también varía. Por eso no tenemos el mimo timbre a lo largo de la vida.
Entre los 12 y los 15 años nuestra voz cambia. Esto es debido al alargamiento de las cuerdas vocales y al ensanchamiento de la laringe. En los chicos la voz se hace bastante más grave, mientras que en las chicas este cambio es menor. Las voces infantiles tienen un timbre agudo y en música se las conoce como voces blancas.
El conjunto de notas que podemos cantar sin forzar la voz se llama tesitura, mientras que el total de notas que somos capaces de producir aunque no tengamos un buen control de la voz es nuestra extensión vocal. La tesitura no es algo estático, sino que se puede ampliar con una adecuada formación. Por eso, los cantantes profesionales suelen tener una tesitura muy amplia.
Hay varias maneras de clasificar las voces, pero la más común es según su tesitura. Estos son los principales tipos de voz (según la tesitura), ordenados de la más grave a la más aguda:
voces masculinas voces femeninas
bajo barítono tenor contralto mezzosoprano soprano
Hay cantantes masculinos especializados en emitir una voz muy aguda. En este caso emplean la técnica del falsete y utilizan de una manera especial las cuerdas vocales.
Los cantantes tienen que trabajar la articulación esto consiste en pronunciar con claridad abriendo bien la boca y usando de forma adecuada el paladar, la lengua, los labios y los dientes y también acentuar correctamente las palabras.
Mapa conceptual sobre la clasificación de las voces humanas:
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Bibliografia:
Música. Introducción a la música, Santillana, 2015.
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